“Preocuparse por lo que uno no puede hacer, es inútil; preocuparse por lo que sí se puede hacer, es absurdo”
Desde hace mucho tiempo venimos escuchando las palabras, estrés, afán, preocupación, desesperación, nerviosismo… todas estas son sinónimos de ANSIEDAD
Quizá ahora te surja la pregunta y ¿Qué es en sí la ansiedad?
Es un Estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
La Psicóloga Sophia Wagner, nos comenta que hay distintos tipos de trastornos de la ansiedad, entre los que se incluyen, por ejemplo, las fobias. Uno de los más complejos es el trastorno de ansiedad generalizada. Mientras en una fobia la ansiedad está relacionada con situaciones u objetos concretos (por ejemplo, el miedo a las arañas o a volar), en los trastornos de ansiedad generalizada la situación es mucho menos específica.
Se realizó una encuesta en Estados Unidos a inicios de Abril 2020 por NORC en la Universidad de Chicago para la Fundación de Datos. El sondeo buscaba ofrecer una evaluación en curso de la salud mental, física y económica del país durante la pandemia.
Cerca de dos tercios de la población estadounidense dijo sentirse nerviosa, deprimida, sola o desesperada, en al menos uno de los últimos siete días, de acuerdo con la encuesta. Para cada una de las cuatro emociones, cerca de dos de cada 10 estadounidenses afirmaron sentirse así en tres días o más. El 14% dijo sentir reacciones como sudor, nauseas o hiperventilación cuando piensa en su situación ante la pandemia.
Ninguno de nosotros había vivido una pandemia, por lo tanto lo desconocido genera incertidumbre, temor y mucha ansiedad.
Nuestra población está nerviosa, deprimida, sola o desesperada…La buena noticia es que no tienes que vivir en ansiedad, es cierto que tenemos un enemigo invisible “COVID-19” y preocupaciones por los hijos, el matrimonio, la familia, los estudios, el trabajo, etc., sin embargo quiero que leas lo que Dios nos dice: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él porque Él tiene cuidado de vosotros». 1ª. Pedro 5:7
¿Te das cuenta de lo que Dios nos está pidiendo?
Él dice: «Dame TODA tu ansiedad»… Él pide gentilmente que se la entregues porque tiene cuidado de ti. ¿Es maravilloso verdad? No tienes que cargar con ese equipaje sobre tus espaldas, en este pasaje Dios nos está afirmando que está con nosotros puesto que Él tiene cuidado de sus hijos, esto debe ser un gran alivio para el corazón afligido, es en este tiempo donde nuestra fe debe establecerse en Dios y sus promesas.
¿Cómo reconozco que estoy en ansiedad? Porque perdiste tu paz y entraste en desesperación.
Sabías que entre el 75 y 90% de todas las visitas a médicos clínicos son por desordenes relacionados con la ansiedad…
La Ansiedad puede ser positiva si la utilizamos en forma constructiva. Es como una alarma de humo que advierte de un posible peligro, y cuando usamos este sentir de inquietud o preocupación para identificar el problema y luego nos movilizamos, el resultado será positivo.
Por ejemplo, si vas a salir de casa, usa tus guantes, cubre-bocas y mantente a 6 pies de distancia de otras personas, esto no es dudar de la protección de Dios sino ser sabios y precavidos para evitar el peligro del contagio.
Confiamos en que Dios nos protege, sin embargo el sabio Salomón nos aconseja: «Los sabios son precavidos y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia.» Proverbios 14:16 (NTV)
A Continuación te presento 8 MANERAS PARA VIVIR LIBRES Y VENCER LA ANSIEDAD:
l- Meditar (no sólo leer) diariamente en algún pasaje bíblico, y escoger el pasaje según tu necesidad cuando estás tenso(a), medita sobre «La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan. 14:27
2- Usar una técnica para relajarte. Respira profundamente y despacio y mientras exhalas repite la misma frase muchas veces. Pudiera ser una frase de un texto bíblico o de una canción favorita.
3. Escucha música suave. En menos de lo que te imaginas estarás más relajado(a).
4. Hablar de tus ansiedades y frustraciones. La persona que guarda todas sus emociones adentro, es la persona con más problemas psicológicos. Tenemos que sacar nuestras heridas, resentimientos y preocupaciones para ser libres. Comparte tus ansiedades con una persona que sepa orar y a la vez te ame lo suficiente para decirte cuando estás haciendo algo mal.
5. Vigilia lo que piensas. Analiza tus pensamientos, si notas que hay alguno que te está robando la paz, cámbialo por otro que te produzca tranquilidad. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”
6. Vivir un día a la vez (Mateo 6:34) »Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy. Algunos pasan mucho tiempo preocupándose por el futuro. «¿Y qué si… sucede? otras personas se deprimen por el pasado. «si solo… hubiera sucedido». ¡Vive en el presente! La ansiedad es incompatible con nuestra posición de hijas o hijos amados.
7. Tener un plan de acción. Haz algo para enfrentar tu situación y disminuir la tensión.
8. Decide obedecer a Dios siempre. Mucha ansiedad es provocada por sentimientos de culpabilidad, que a su vez pudiera ser el resultado de escoger algo que uno sabe que no agrada a Dios.
El Apóstol San Pablo nos hace una excelente recomendación en Filipenses 4:6 «Por nada estéis afanosos, sino sean conocindas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias».
Entrega a Dios toda tu ansiedad, no seas parte de las estadísticas, tienes un hermoso Padre Celestial que te ama, te cuida, protege y libra de todo mal. ¡Descansa en Él!
«Pues las montañas podrán moverse y las colinas desaparecer, pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá; mi pacto de bendición nunca será roto —dice el Señor, que tiene misericordia de ti—.» Isaías 54:10 (TLA)
Recuerda: “Preocuparse por lo que uno no puede hacer, es inútil; preocuparse por lo que sí se puede hacer, es absurdo”
Por: Alejandra Medrano.
Para hacer uso de este contenido, póngase en contacto con su autor.